Ya vimos en el comentario sobre el kuros las tres etapas del arte griego. Dentro de la segunda de ellas, la clásica, se distinguen a su
vez dos subetapas: siglo V a.C. y siglo IV a.C. Uno de los grandes
representantes de la escultura clásica del siglo V fue Policleto,
creador del canon de proporciones perfectas del cuerpo humano basado
en la relación entre las medidas de
todas las partes del cuerpo y que tiene en el Doríforo su mejor ejemplo. Además, sus esculturas rompen con la
representación estática de los kuroi arcaicos al incorporar el
contrapposto, gracias al cual la figura gana movimiento. Consiste esto
en dejar caer todo el peso de la figura en una pierna, mientras que la
otra se flexiona. De esa forma, caderas y hombros se inclinan en planos
contrarios, dotando de dinamismo y naturalidad al cuerpo humano.
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