Versiones
de David hay muchas, pero tres de ellas son icónicas: la ya citada de Miguel
Ángel, la de Donatello y, ya en el Barroco, la de Bernini. Pero yo siempre
reivindico la de Verrocchio, maestro de Leonardo da Vinci, por encima de las
dos del Renacimiento, Miguel Ángel me perdone. Mientras que él nos presenta un
David adulto y ya formado y Donatello un andrógino que conserva unas formas indefinidas aún, Verrocchio, fiel al texto bíblico, nos muestra al adolescente que empieza el
cambio y el suyo es un cuerpo que inicia el proceso de transformación que anuncia el hombretón que será en un futuro. Como curiosidad, se dice que
esta escultura tuvo como modelo a un joven Leonardo.
Qué buena comparación! La verdad es que el brazo que se ve tan juvenil tiene casi la misma postura y es cierto que parece una reinterpretación de la escultura. No conocía este David, qué curioso, casi parece una niña.
ResponderEliminarBesotes!
Siempre pensé que este David terminaría por convertirse en el otro. Sólo le faltaban unos añitos, como a Gandy en la foto. Materia prima había, sólo era cuestión de trabajarla.
ResponderEliminarchicas que paquete que tiene nuestro david gandy, con razon siempre me usto, ana maria seoane riera
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